Hablan los alcaldes. Carta abierta a Pancho Purroy.

Publicada en Diario de León el domingo 5 de noviembre de 2006.

Señor Purroy, de un tiempo a esta parte, cada vez que usted escribe o habla de San Glorio, tiene usted una descalificación para los alcaldes o cargos públicos de la montaña de Riaño. Creo que ha llegado usted al límite de lo máximo tolerable, llegando incluso hasta al insulto a personas que lo único que hacemos en este caso en concreto, es hacer público los deseos de nuestros vecinos y representados.

Señor Purroy, con toda su preparación y sus estudios no ha sabido usted argumentar su postura contraria a la construcción de la estación de esquí de San Glorio sin descalificar a las personas que la defendemos y apoyamos. Señor Purroy, San Glorio posiblemente no será la panacea, pero hasta el momento es la única alternativa que se ofrece para impulsar el turismo de esta zona, en temporadas en las que es prácticamente inexistente. Personalmente he defendido públicamente el proyecto de San Glorio en muchas y diferentes ocasiones, como por ejemplo, en la Universidad de León, con usted de compañero de mesa redonda, donde una vez más nos insultó y descalificó, y con el también profesor y compañero suyo, el señor Puente (creo recordar que ese era su apellido).
Éste, en su magnífica ponencia ilustrada con diapositivas, nos informó de cuatro especies de plantas que -según él- el único sitio de toda Europa donde supervivían era en la zona de San Glorio. Como muy bien recordará, sorprendido por tan contundente afirmación, yo le expuse que no era mi intención entrar a debatir o discutir sobre un tema en el cual al señor Puen te se le supone un entendido y yo no, pero que por favor, me facilitara los datos de las plantas mencionadas para poder confirmarlo por mí mismo. A día de hoy, después de estos años transcurridos, no he vuelto a tener noticias del señor Puente, ni de las famosas plantas que únicamente sobreviven en San Glorio. Recuerdo aquella mesa redonda, en la cual teníamos a toda un aula de alumnos dispuestos a aplaudirles a ustedes, a sus profesores, sin dar ni la más mínima concesión a los que allí defendíamos el proyecto.

Señor Purroy, he estado también en un curso de verano de la Complutense de Madrid, en seminarios organizados por Ecologistas en Acción, en cualquier foro en el cual se hable de Picos y de sus espacios protegidos y en todos estos sitios, he tenido que manifestar mi apoyo al proyecto de San Glorio, siempre argumentando que yo no me cierro a ninguna alternativa, pero que se me diga una que no sea el turismo rural, porque Posada de Valdeón tiene en la actualidad 591 camas entre hoteles, hostales, casas rurales y albergues, y 400 plazas más en un cámping, y en diciembre se cierran hasta Semana Santa, ya que les es más rentable tener sus establecimientos cerrados sin pagar impuestos, que mantenerlos abiertos. En todos estos sitios he tenido la misma contestación «hay que inventarla», y siempre y en todas las ocasiones yo he dicho, que Posada de Valdeón no está para inventos, que es un Parque Nacional desde 1995 y Posada se muere.

Señor Purroy, deje ya de descalificarnos y proponga usted una de esas tan habladas alternativas, que no sea el turismo rural, por las razones expuestas y porque con todas las plazas hoteleras que tiene Posada de Valdeón, sólo tenemos turismo en Semana Santa y el verano, en definitiva, tres meses. El sector del turismo no puede vivir de tres meses al año, aunque a usted y a su compañero Lago, les parezca que sí, porque los otros meses que no trabajan, también tienen que comer y vivir, vamos que no hibernan como el tan utilizado oso pardo.

Señor Purroy, yo sé, que su magnífica idea y la de sus amigos, sería que los vecinos de la montaña de Riaño, tuvieran su rebañito de 10 o 15 vacas o posiblemente ovejas y recogieran sus pequeñas parcelitas (porque no se pueden concentrar estas parcelitas, sería un atentado ecológico de irrecuperables consecuencias) con el carro y sus vacas, y a ser posible, que los vecinos de Caín siguieran recogiendo su hierba a hombros, con grandes cargas, para poder fotografiarlo y disfrutarlo cuando usted y sus amigos nos visitan, en verano. Sepa usted, que tanto estos vecinos, como sus representantes, harán todo lo posible por que esto no sea así.

Señor Purroy, en nuestra última conversación, usted me llamo «economista de pueblo», sepa usted, por si no se lo he dejado suficientemente claro, que prefiero ser un economista de pueblo que un ecologista radical. Ah, por cierto, éste es mi «silencio cómplice».

Mariano Rojo Casares, alcalde de Posada de Valdeón.

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