Ecologistas que venden en fin del mundo

La moda ecologista actual pasa por comentarios como estos:

"El último espacio virgen de la Cordillera Cantábrica".
"¿No puede haber un trozo de montaña virgen sin telesillas?".
"Los constructores se lo cargan todo".
"La especulación urbanística terminará definitivamente con la fauna y la flora".
"Qué triste es una montaña muerta".

Y es que cuando una mentira se repite miles de veces, termina por creerse.

Montañas muertas, espacios vírgenes. Son conclusiones que se repiten cuando tratan de atacar cualquier estación de esquí, acá o allá, en cualquier sitio. Repetimos, repetimos, a ver si logramos que nos crean para que todo esto siga siendo nuestro parque temático despoblado.

Andorra, Valle de Arán, Valle de Tena, Alpes, Dolomitas, Colorado... Todos tienen estaciones de esquí -en Francia incluso en Parques Nacionales- que año tras año reinventan técnicas de desarrollo sostenible para proteger el entorno que ocupan.

En cualquiera de estas estaciones se escuchan los pájaros que anidan en sus bosques mientras se desciende por un fuera de pista, o se ven en la nieve las huellas de los animales, dentro de la propia estación. Estaciones de esquí que ocupan un mínimo espacio si lo comparamos con la grandiosidad de toda una cordillera.

Construcciones ordenadas, pueblos rehabilitados, con vida, donde la gente pasea, esquía, va, viene, vuelve, disfruta, pernocta, come, trabaja, sueña, vive... Y fuera de esos pueblos y de esas estaciones, a pocos kilómetros, la naturaleza en su estado salvaje, para uso y disfrute de la fauna, del ecologista y del que no lo es.

Porque en la montaña cabemos todos.

Torpedos desde Europa

San Glorio es un proyecto absurdo, afirma el europarlamentario David Hammerstein. Los más de 20.000 habitantes representados por sus 14 municipios que pidieron por unanimidad la modificación del Plan de Ordenación de Recursos Naturales del Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre-Montaña Palentina para eliminar la prohibición de construir estaciones de esquí en este espacio sueñan con algo absurdo, según Hammerstein.

Pretende que Europa paralice un proyecto que quieren todos los habitantes de estas comarcas de León y Palencia. Ir en contra de la voluntad de la población. Atacar el único desarrollo posible. Esa es la filosofía del ecologista.

¿Qué le queda al habitante de la montaña cuando ni siquiera le dejan decidir sobre su futuro?. La desaparición.

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Ecologismo y San Glorio

La dura pugna entre los defensores y los opositores a que en las proximidades del puerto de San Glorio se construya una estación de esquí continúa con absoluta crudeza, pero lentamente parece que los partidarios del proyecto (especialmente los vecinos que se asientan en la zona) van ganando terreno entre la opinión pública a las organizaciones ecologistas, que lo rechazan frontalmente al creer que destruirá un importante espacio natural situado entre las provincias de Palencia y León y la comunidad de Cantabria.

Los vecinos de la Montaña Palentina que desean que la estación de esquí llegue a ser algún día una feliz realidad han sabido desde el primer momento manejar un argumento que ahora tiene más peso y mayor credibilidad que los otrora poderosos razonamientos ecologistas y de conservación a ultranza de todos los espacios naturales: la lacerante despoblación de toda la comarca.

Quienes apoyan el proyecto que promueve la empresa Tres Provincias invocan a la necesidad de crear nuevas formas de riqueza para la comarca con el objeto de que los jóvenes puedan seguir viviendo en ella y evitar que sigan el camino de la emigración hacia zonas más ricas y pobladas que ya han emprendido otros, y contra esa razón resulta difícil combatir. Más aún si los defensores del proyecto echan mano además de la demagogia y acusan a los ecologistas de querer defender los espacios naturales para su uso exclusivo durante los fines de semana, mientras que el resto de los días viven en la ciudad.

Los dirigentes de la Junta también se han dejado subyugar por esos argumentos y están decididos a respaldar San Glorio hasta el final. El ecologismo puede perder la batalla, cuando antaño le resultaba tan fácil ganarlas. Ahí está Vidrieros.

Extraído de El Norte de Castilla. Texto de Javier García Escudero.

Cancion desesperada

Ana Gaitero, una mujer que alza su voz en contra de la especulación urbanística, acusa a ayuntamientos y diputaciones leoneses de haber descubierto el negocio inmobiliario arrasando montes y praderas, asegurando que, hasta Las Médulas, Patrimonio de la Humanidad, están en el punto de mira de la iniciativa privada.

«Adiós montes, adiós ríos, adiós regatos pequeños...» que si en la voz de Rosalía de Castro se contemplan con pena al despedirse de ellos, en la voz de esta opositora hay dolor porque se trata de una despedida para siempre.

Jorge Echegaray, que preside el grupo Lobo de Euzkadi, nos recuerda que en las montañas de Riaño se encuentran algunos de los mejores bosques de España y una excelente representación del ecosistema cantábrico, gracias sobre todo a un sistema tradicional sostenible y sabio de explotación de los recursos naturales. Este autor, licenciado en Ciencias Ambientales por la Universidad de León, nos cuenta que en pocos años se han construído unos trescientos kilómetros de pistas en el sector leonés del entorno de los Picos de europa; que casi medio centenar se han abierto sin la evaluación del impacto ambiental que es preceptiva para entrar en zonas amparadas por el Plan de Recuperación del Oso Pardo y que, ante este panorama sólo nos queda rezar por uno de los patrimonios más importantes de la Vieja Europa.