San Glorio, ¡Ya!

Encontrada en los montes de Villablino con apenas tres meses de vida y en un evidente estado de desnutrición, fue trasladada al CRAS de Burgos para recibir tratamiento. Todo parecía esperanzador tras 7 meses de aislamiento en los que la osezna había recobrado la vitalidad y alcanzaba casi los 40 kilos de peso.

Fue entonces cuando se decide que es el momento de reintroducirla en su hábitat natural. Jimena ya ha cumplido 9 meses y está preparada para vivir de nuevo en libertad. Eso fue lo que debieron pensar los profesionales que estaban a su cargo.

Estamos a las puertas del mes de noviembre. De un invierno en el que el alimento es escaso en la montaña y los plantígrados tienen la costumbre de hibernar tras haberse alimentado convenientemente durante la primavera y el verano. No parece la época más razonable para devolver a la pequeña osa a la montaña. A un espacio para ella desconocido que dista más de 100 km de donde se la encontró.

Es llamativo que hace apenas unas semanas, se haya iniciado el trámite ambiental de la estación de esquí de San Glorio y los profesionales al cuidado de Jimena hayan decidido llevarla precisamente donde se pretende desarrollar ese proyecto. A la localidad de Portilla de la Reina, en Boca de Huérgano. Parece un cálculo perfecto para intentar con medidas poco éticas paralizar un proyecto que generaría riqueza y empleo.

Hoy precisamente se produce el ERE de UMINSA, dejando a más de 60 trabajadores de la minería en la calle. Familias que podrían vivir del turismo generado por una estación de esquí. Sin embargo mucho me temo que no veremos ningún ERE hacia quienes con actuaciones que rozan la negligencia han tratado de colarles a algunos un gol por la escuadra con la pequeña osa. Esos seguirán viviendo plácidamente de lo público.

Si es este el futuro que la Junta de Castilla y León quiere para la montaña, que lo diga ya alto y claro de una vez y deje de vender humo con otras alternativas.